martes, 2 de agosto de 2011

(54) Lo fatal


Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque esa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.

Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror...
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por

lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,

¡y no saber a dónde vamos,
ni de dónde venimos!...

Ruben Darío

2 comentarios:

Patty dijo...

AMO este poema. Lo aprendi de memoria poco después de leerlo por primera vez. Lo recitaba todos los días en mi mente por mucho tiempo. Es extraño leerlo ahora y darme cuenta que la sensación que me produce volver a descubrirlo es muy similar a aquella primera vez.

Gracias.

Nota al pie dijo...

Darío es sin dudas un verdadero poeta. Esa sencillez del ritmo acompañada de la complejidad de su palabra. Es un placer poder compartir estas cosas con uds, los lectores. Espero te sientas bienvenida a seguir visitándonos. Quizá juntos recordemos más poemas. Saludos y muchas gracias a ti.

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